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| Foto: Museo Reina Sofía |
Más allá de su historia, de su cultura y de su sociedad, Madrid también dispone de algunas de las grandes instituciones culturales de España. El Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen conforman el Triángulo de Arte de la capital.
Pero la crisis económica hizo su mella en ellos. El Museo Thyssen se vio obligado a reducir su déficit, mientras que el Reina Sofía apostó por los ingresos propios para mantener el tipo. Por su parte, el Museo del Prado aumentó sus ingresos patrimoniales. A esto hay que sumarle los recortes que el Gobierno lleva haciendo en la partida cultural de los Presupuestos Generales de cada año –excepto en 2016, que aumentarán-.
El Museo Reina Sofía, con Manuel Borja-Villel a la cabeza, prevé un aumento de los ingresos propios del 10,2% para 2016. Una cifra positiva tras afirmar el año pasado que el museo “ya había tocado fondo”. Además, el incremento de un 15% de visitantes en lo que va de 2015 da muestras de que la institución de arte contemporáneo vuelve a salir a flote.
El Museo Thyssen ha sido uno de los más castigados por la crisis, habiendo llegado a perder un 25% en los últimos años. Pero en 2014 dio la vuelta a la tortilla. Consiguió reducir su déficit un 14% respecto a 2013 y aumentó un 6,5% el número de visitantes, lo que produjo un incremento en taquilla del 12%. Para el próximo año ya tiene programadas exposiciones de artistas de la talla de Renoir y Caravaggio.
El Museo del Prado, la piedra angular de los museos madrileños. Su director, Miguel Zugaza, ya lo dejó claro en una entrevista concedida a Ritmos XXI: “El Prado no se puede autofinanciar al 100%. Estamos al límite”. Sin embargo, Los ingresos propios conseguidos por el Prado durante el período 2007-2012, han ido aumentando año tras año: del 34,7% aportado en 2007 hasta el 60% alcanzado durante el 2012. Además, en 2014 aumentó sus visitas en un 7,5% y en lo que lleva de 2015, han crecido un 4,5%.
Son buenas noticias ante tres instituciones que no se han quedado fuera de los recortes del Estado. Los museos ya han hecho su esfuerzo, ahora le toca a la sociedad española hacer el suyo.
