Álvaro Petit Zarzalejos

Balas de Plata

Álvaro Petit Zarzalejos, es periodista y escritor. Fundador y editor de Ritmos 21 de información y análisis cultural, ha entrevistado a algunas de las personalidades más relevantes de la cultura española de los últimos años. Como escritor, ha publicado el poemario Once Noches y Nueve Besos (Ediciones Carena 2012) y Cuando los labios fueron alas (Ediciones Vitruvio).

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La docilidad y el carnaval

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El pasado mes de mayo sucedió lo que ya se había avisado: Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del Teatro Español, ya no lo es. El Ayuntamiento de Madrid, responsable a través de la empresa Madrid Destino de la gestión del teatro, llevó a término una destitución que era conocida desde hace tiempo. Y como es ya habitual en el consistorio que dirige Manuela Carmena, ha quedado en evidencia, una vez más, el caos que preside el hacer del equipo municipal.

           

Sólo la ideología, la incapacidad o la ignorancia de Celia Mayer, concejal de Cultura, pueden explicar este sinsentido. Y las tres opciones confluyen en un hecho: Mayer, al igual que tantos otros concejales de otros partidos, no acaba de entender qué es esto de la cultura. No es un cortijo ni un carnaval organizado a mayor gloria del concejal de turno; el director de un teatro no tiene que ser afín ideológicamente, sino competente. Dice Madrid Destino, empresa pública responsable de la gestión del Español, que el cambio se debe a un nuevo modelo de gestión que quieren implantar; modelo del que no se conoce ni una coma. Y aún que se le conociera, no justificaría el despido del director artístico, si acaso, y si corresponde por incompetencia, del gerente. Si lo que se quiere es programar lo que a uno le baila el agua, entonces sí: hay que despedir al responsable de la programación, máxime si es Pérez de la Fuente, que como todo profesional, programa en base a otros criterios y que consiguió en el Pleno que le descabezó, que PP y Ciudadanos votaran a favor de su continuidad, con la inconsistente y servil abstención del PSOE. Una victoria moral, que no evitó su despido.

           

Las formas lo son casi todo en el ámbito público. Ahora Madrid, el partido que sostiene a Carmena y su equipo, lo sabe bien: básicamente es forma. El único éxito que se les puede achacar es el de haber creado una suerte de pseudo-liturgia efectista y pirotécnica, que acaba deshaciéndose entre ideas fantasiosas y meteduras de pata (que siempre pueden achacar, sin pudor alguno, a que no son “políticos profesionales”). Y las formas con Pérez de la Fuente han sido nefastas; no se ha tenido ni las más mínima muestra de respeto hacia un dramaturgo reputado antes de que cualquiera de los que hoy parten y reparten en Cibeles tuvieran ni siquiera la remota idea de que algún día pudiesen llegar a donde están. Pero las formas, gracias a Dios, no lo son todo. También está el fondo, que en este caso no es ni más ni menos que un concurso público. Porque así es como llegó el despedido director al Español, ganando un concurso público sobre el que nadie, ni oposición política, ni sindicatos, ni siquiera alguno de los concurrentes, puso la más mínima sombra de sospecha. El fondo también les ha resbalado. Se lo han saltado con infame torería para despedir a quien aún tenía contrato vigente, contrato ganado públicamente y por méritos. ¿Qué valen, pues, a partir de ahora, los concursos públicos?. Lo mismo que su amaño es criticable, como lo han hecho los de Ahora Madrid, también lo es su ruptura.  ¿Qué garantiza a los que se presenten al nuevo concurso que no serán despedidos en unos meses? Sólo una cosa: la docilidad. Y si la cultura se vuelve dócil, no será cultura. Si acaso, un carnaval.

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