Mucho se ha escrito y fotografiado sobre el bombardeo de Hiroshima. Sin embargo, por primera vez en la historia la fotografía de Ken Domon (1909-1990) sale de Japón. Considerado como un maestro del realismo, su obra sale de la isla para instalarse en el Museo Ara Pacis de Roma, que podrá visitarse hasta septiembre.
Domon marcó un capítulo fundamental en la historia de la fotografía japonesa después de la Segunda Guerra Mundial. Según sus propias palabras, el don de la calidad de su trabajo radica “en la directa conexión entre la cámara y el sujeto”. Su labor se centraba en la sociedad en general y la vida cotidiana. “Estoy inmerso en la realidad social de hoy pero al mismo tiempo en la cultura y las tradiciones”, afirmaba el fotógrafo.
El momento de Hiroshima
Una parte del trabajo fotográfico de Domon se fijó en la tragedia de Hiroshima. Allí, el fotógrafo japonés decidió fotografiar a los supervivientes de Hiroshima, aquellos que decidieron quedarse en la ciudad tras el bombardeo. Para él, este serie de imágenes era una respuesta a una llamada y un deber humanitario.
La serie de Hiroshima (1958) fue considerada por el Premio Nobel de Literatura Kenzaburō Ōe como “la primera gran obra moderna de Japón que afronta el tema de la bomba atómica hablando de los vivos, y no de los muertos”. El fotógrafo japonés viajó a Hiroshima hasta seis veces en 1957. 36 días donde realizó casi 8.000 instantáneas.
El trabajo de Ken Domon puede describirse como autobiográfica, puesto que siempre seleccionaba las imágenes en criterios personales. Su profesionalidad le acabo elevando al título de figura multifacética. Es el primer fotógrafo en tener un museo personal –ubicado en Sakata- dedicado íntegramente a su vasta obra