Donación de Óscar Alzaga Villaamil

Nuevos "regalos" para el Museo del Prado

Paisaje romántico, Eugenio Lucas Velázquez. Museo del Prado.

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La donación de Óscar Alzaga Villaamil completa el perfil de pintores ya presentes en el Museo del Prado.

El Museo del Prado ha recibido una importante donación de la mano de Óscar Alzaga Villamil. Tras la aprobación del Real Patronato, el museo madrileño incorpora así seis pinturas y una dotación económica adicional para la adquisición de una séptima. Un regalo que enriquecerá la colección permanente del Prado.

 

La donación de Alzaga Villaamil no supondrá ni un euro de gasto para el Museo del Prado, puesto que las obras se encuentran en perfecto estado de conservación y no precisan de ninguna intervención previa.

San Juan Bautista, Antonio Rafael Mengs. / Museo del Prado. Donación de Óscar Alzaga


Este regalo está compuesto de seis pinturas -a la espera de la séptima- que comprenden un extenso abanico cronológico, desde las postrimerías del siglo XVI a mediados del siglo XIX. Los autores de estas obras comprenden diferentes nacionalidades: italianos (Jacopo Ligozzi), españoles (Sánchez Cotán, Herrera “el Viejo”, Antonio del Castillo y Eugenio Lucas Velázquez) y un bohemio (Anton Rafael Mengs). Todas ellas fueron pintadas en España a excepción del Ligozzi, pero cuatro fueron adquiridas por el donante en el extranjero, por lo que su entrada en al Prado “supone un importante acrecentamiento del patrimonio artístico nacional”, señala el museo en un comunicado.

 

La calidad de las obras viene avalada por su presencia recurrente en exposiciones y su inclusión en las más recientes monografías de los pintores que las ejecutaron.

Alegoría de la redención. Jacopo Ligozzi. / Museo del Prado. Donación de Óscar Alzaga


Los autores de estas obras donadas ya estaban presentes en la colección del Prado. Sin embargo, son pinturas de naturaleza, iconografía y cronología distinta. De esta forma, su incorporación permite completar los perfiles de los pintores. Esto ocurre, por ejemplo, con Sánchez Cotán, de quien la pinacoteca madrileña posee una naturaleza muerta pero de quien, hasta la donación Alzaga Villaamil, carecía de pintura religiosa; o con Ligozzi, presente en el Prado a través de un enorme cuadro de altar muy alejado de la exquisita e inusual composición alegórica que ahora ingresa. Otro tanto podríamos señalar a propósito de la obra de Mengs de pequeño formato o del tardío San Jerónimo de Herrera “el Viejo”.

 

Los “regalos” de Alzaga Villaamil serán presentados en el museo madrileño el próximo otoño en una exposición que irá acompañada de un catálogo. Así, en un comunicado, el Museo del Prado agradece “a Óscar Alzaga por unirse así a la nómina de personas que generosamente han contribuido a ampliar cuantitativa y cualitativamente sus colecciones”.

Redacción

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