Fernando Alonso Barahona

Razones para el Siglo XXI

Fernando Alonso Barahona (Madrid, noviembre 1961). Abogado y escritor. Jurado de premios nacionales de literatura y teatro. Colaborador en numerosas revistas de cine y pensamiento así como en obras colectivas. Ha publicado 40 libros. Biografías de cine (Charlton Heston, John Wayne, Cecil B De Mille, Anthony Mann, Rafael Gil...) , ensayos (Antropología del cine, Historia del terror a través del cine, Políticamente incorrecto...) historia (Perón o el espíritu del pueblo, McCarthy o la historia ignorada del cine, La derecha del siglo XXI...), novela (La restauración, Círculo de mujeres, Retrato de ella...) poesía (El rapto de la diosa) y teatro (Tres poemas de mujer).

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Evita Perón, misterio y pasión

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La herencia de Eva Perón es su recuerdo y su sacrificio. Algunos lo denominarían populismo, para otros es entrega y pasión.

Existen tres Evas. La primera, según propia confesión, mala actriz de teatro y peor de cine, en cambio, se defendía bastante bien por radio. La segunda, la política, que acompañaba a Perón y cuyos discursos no tenían mucho contenido, a decir verdad. Pero la tercera era la que tenía pasión social tremenda. ¡Formidable! ¡Qué mujer! Estaba entregada totalmente a los desposeídos, abrazaba a los leprosos, cancerosos, tuberculosos... Yo estaba al lado de ella. yo, pastor de Cristo, me tiraba atrás. Pero ella no vacilaba. Se entregaba y lo hacía de igual a igual, como hermana, no como las señoras de la Sociedad de Beneficencia. de los viejos tiempos... A la noche regresaba. tarde, a la madrugada. llena de piojos y liendres. ¡Tremendo! Su adhesión a los pobres era bárbara... 

Padre Hernán Benítez

 

En el mes de mayo Evita Perón hubiera celebrado su 98 cumpleaños. Murió hace casi 65 años pero su carisma, su recuerdo, su imagen y su sacrificio continúan cautivando a millones de argentinos, amén de impresionar a hombres y mujeres del mundo entero.

 

María Eva Duarte nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, y murió en Buenos Aires, el 26 de julio de 1952. Durante el breve período de su actuación, al lado de Perón, fue el centro de un creciente poder y se convirtió en el alma del movimiento peronista, en su esencia y en su voz. Adorada y a la vez odiada por millones de argentinos, se convirtió realmente en la Jefa espiritual de la nación argentina.

 

Ignacio Cloppet ha investigado sobre los orígenes de Perón y Evita en su libro Eva Duarte y Juan Perón: la cuna materna. Respecto a los mitos que existían sobre los orígenes de ambos, Cloppet señala: “se decía que Perón y Evita eran de familias humildes, cosa que no es cierta. Otro mito era la situación familiar de la madre de Evita y de su abuela; que no se conocían los pueblos de origen europeo de donde provenía Evita. Respecto de Perón, se hablaba de que tenía ascendencia indígena, cuestión que yo comprobé que no es así, y que tenía ascendencia en Santiago del Estero (se lo vinculaba a otra tribu indígena en otro pueblo, por parte de los Sosa), cosa que tampoco es cierta: no hay ancestros de Perón en esa provincia. Luego demostré que tanto Perón como Evita descienden de conquistadores llegados en el siglo XVI. Lo más llamativo es la vinculación o el parentesco de Jorge Luis Borges con Perón”.



Eva Perón como actriz probó las mieles del escenario antes de desarrollar su carrera política. Todo comenzó cuando llegó a Buenos Aires, Argentina, con sólo 15 años de edad y el nombre de Eva Duarte. Su primer papel fue secundario, en la compañía teatral de Eva Franco y fue en 1935 cuando debutó profesionalmente en la puesta La Señora de los Pérez. De dicha participación se derivó la primera mención de Evita en los medios: "Muy correcta en sus breves intervenciones Eva Duarte", de acuerdo con Argenpress. Su primera fotografía pública apareció en el diario La Capital de Rosario.

 

Fue en 1942 cuando la actriz fue contratada por la Compañía Candilejas para participar en programas radiofónicos. Ahí también comenzó a descubrir su vena política gracias a la actuación, pues fue una de las fundadoras del primer sindicato de los trabajadores de la radio. La Editorial Eudeba ha publicado Eva Duarte, más allá de tanta pena, del historiador del mundo del espectáculo César Maranghello. Lo peculiar en esta biografía es que el autor se ocupa exclusivamente de la carrera artística y el comienzo de su carrera política. Maranghello parte de la niñez en Junín, pero se centra en el período que va desde la llegada de la Cholita, como la llamaba su familia, a Buenos Aires, en 1935, hasta la asunción de Juan Domingo Perón como presidente en 1946. Sin embargo, su destino era otro. En enero de 1944, María Eva Duarte conoce al coronel Juan Domingo Perón en un festival que la comunidad artística realizaba en beneficio de las víctimas de un terremoto que había destruido la ciudad andina de San Juan pocos días antes. En pocas semanas comenzaron a vivir juntos iniciando una relación que cambiaría la historia de Argentina.

 

Dos películas, la primera obra de teatro además, han difundido la vida de la Eva Duarte. La referencia más internacional es el musical Evita, producido por los ingleses Andrew Lloyd Weber y Tim Rice, e inmortalizado por la canción No llores por mí, Argentina (Don’t cry for me, Argentina) interpretada en las tablas entre otras artistas por Nacha Guevara y Paloma San Basilio.

 

El debut teatral fue en 1978 en el West End de Londres y en 1979 en Broadway de Nueva York, con Elaine Paige y Patti LuPone en el rol de Evita, respectivamente. En los años siguientes, la obra sería llevada a varias otras capitales del mundo. En 1996, el musical tuvo su versión cinematográfica bajo la dirección de Alan Parker y con Madonna como protagonista. La obra se reestrenó en 2006 en el West End y en 2012 en Broadway, esta vez con la argentina Elena Roger en la piel de Evita.

 

Y en la Argentina, la mejor y más completa obra artística es, sin duda, Eva Perón (1996), dirigida por Juan Carlos Desanzo, protagonizada por una magistral Esther Goris acompañada por Víctor Laplace, Cristina Banegas y Pepe Novoa. La película reconstruye en especial los últimos años de su protagonista recreando diálogos exactos –como el dramático día del renunciamiento a la candidatura como vicepresidenta– o los últimos meses con Evita ya enferma de cáncer y pese a ello peleando por Perón hasta el último aliento de su vida.

 

No se puede entender a Evita desde los parámetros de la corrección política, sus virtudes, sus defectos, sus viajes apoteósicos la España de Franco, Italia o Francia, su frenético compromiso con los desfavorecidos de la sociedad, su sacrificio de la propia vida para la causa en la que creía. Sus muchos detractores se movían por el odio o por la venganza cuando no por la incomprensión.

 

La Fundación Eva Perón fue uno de los grandes objetivos de su vida y de su lucha política. La Fundación se puso en marcha el 19 de junio de 1948 como Fundación María Eva Duarte de Perón. El 25 de setiembre de 1950 pasó a llamarse Fundación Eva Perón. Los estatutos de la Fundación establecen sus funciones: construir viviendas para su adjudicación a familias indigentes y construir establecimientos benéficos de cualquier índole.

 

 

Los colaboradores en la obra de Ayuda Social impulsada por Eva Perón pasaron a desempeñarse como colaboradores de la Fundación. Fueron ellos: el contador público Alfredo Alonso y el ministro de Hacienda, Dr. Ramón Cereijo, a cargo de la parte financiera. Armando Méndez San Martín, el director general de la Fundación. El Dr. Ricardo Finochietto, el asesor de Evita para todo lo concerniente al programa hospitalario, y el padre Hernán Benítez como colaborador espiritual.

  

La gestión burocrática no era el objetivo de la Fundación y sin duda se pueden detectar errores o defectos, pero la gran artista Mercedes Sosa resumió el tono de la Fundación y el porqué de su influencia entre tanto miles y miles de argentinos: “Mi familia tenía escasos recursos en aquel tiempo, mis padres se dirigieron a la Fundación solicitando unas gafas que me padre precisaba para hacer su trabajo. A los pocos días recibimos dos gafas con las características que habíamos pedido. Era el tipo de cosas que acariciaba el corazón”.

 

El pueblo argentino quedó conmocionado por la muerte de su amada Evita, quien además de recibir infinidad de condecoraciones, fue despedida con un multitudinario funeral de Estado, a pesar de no ejercer oficialmente ningún cargo político. Años después, tras la caída del peronismo, su cuerpo –tratado por el doctor Ara que logró un embalsamamiento perfecto- fue secuestrado y trasladado de un lado a otro en un tremendo éxodo que no terminaría hasta serle entregado el cuerpo a Perón en su Quinta de Puerta de Hierro en España. No fue hasta 1976 que el cadáver de Eva Perón fue entregado a sus familiares, quienes la enterraron en el Cementerio de la Recoleta de Buenos Aires donde descansa para siempre.

 

Su mensaje político pudo ser ambiguo y sostenido sobre todo por su personalidad y su corazón: independencia económica, soberanía nacional de la Patria y justicia social. Esas fueron las bases nucleares del peronismo como “tercera posición” rechazando comunismo y capitalismo.

        

Su herencia es su recuerdo y su sacrificio. Algunos lo denominarían populismo, para otros es entrega y pasión, sin ellas no se puede llegar ni siquiera a atisbar el misterio de esta mujer que con solo 33 años se convirtió en icono de una nación.

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