"El cine europeo debe contribuir a crear una política cultural europea ambiciosa y renovada". El cine como herramienta en la pluralidad y no la unidad forzada. Esa es la premisa principal de los 80 directores de cine firmantes del comunicado, que se ha hecho público coincidiendo con el European Film Forum del Festival de Cannes. En él alertan sobre las consecuencias que tendría para Europa llevar a cabo un mercado único en el que todos los productos culturales y telecomunicaciones circulen libremente. Sin embargo, alertan que esto produciría una unificación de los contenidos y una reducción de la producción nacional.
En el listado de firmantes destacan Fatih Akin, Alejandro Amenábar, Montxo Armendáriz, Marco Bellocchio, Pablo Berger, Icíar Bollaín, John Boorman, Fernando Colomo, José Luis Cuerda, Catherine Corsini, los hermanos Dardenne, Stephen Frears, Michael Haneke, Michel Hazanavicius, Agnès Jaoui, Claude Lelouch, Cristina Mungiu, Ruben Óstlund, Celine Sciamma, Paolo Sorrentino, Bertrand Tavernier, Fernando Trueba, Wim Wenders o Jerzy Skolimowski. En la misiva, recoge los "valores del cine europeo", unos valores que recogen las múltiples identidades europeas y una forma de expresión libre y democrática.
"El desafío es formidable: unirnos actores, políticos, creadores y ciudadanos para rediseñar y reconstruir una política cultural"
Otra de las peticiones que se realizan en el comunicado es que se mantenga el copyright territorial, como consecuencia de la votación llevada a cabo en el Parlamento Europeo. Una propuesta votada a favor de desterritorializar la protección de derechos, lo que llevaría a la pérdida de beneficios por parte de la industria cinematográfica europea, amenzando más aún a las coproducciones y las producciones de autor. Además, los autores demandan una mayor protección por parte de la Unión Europea ante el entorno digital, en el que "todos difunden las obras".
"Hay mucho en juego, pero el desafío es formidable: unirnos —actores políticos, creadores y ciudadanos— para rediseñar y reconstruir una política cultural exigente y ambiciosa, adaptada al entorno digital, a su economía y a sus aplicaciones, que ponga en valor las obras y sitúe a los creadores en el epicentro de su acción", así termina una carta en la que se dirigen a todos los europeos y, en concreto, a los cineastas.
Michael Haneke, firmante del comunicado, presenta en la 70º edición de Cannes su película Happy End
La historia se repite
Segunda misiva en un año dirigida a la Comisión Europea, a la que ya lo hicieron en julio del pasado año donde firmaron 99 organizaciones y sindicatos europeos. En esta misiva se planteaba que el mercado único podría “poner en riesgo la viabilidad de la industria independiente y con consecuencias negativas, no solo para la industria audiovisual, sino también, y sobre todo, para los consumidores”.
Una carta que se emitió después de Jean-Claude Juncker anunciara la medida, que cada vez cuenta con más apoyos para ser aprobada. “Quiero ver redes de telecomunicaciones continentales, servicios digitales transfronterizos y una oleada de empresas emergentes innovadoras. Quiero que todos los consumidores reciban las mejores ofertas y que todas las empresas accedan al más amplio mercado en cualquier lugar de Europa”, así presentó el presidente de la Comisión Europea las 16 iniciativas que conforman esta medida.
La utopía del universo digital, sigue sin contar con el apoyo de un sector tan vital como es el cine. Una globalización a nivel europeo que busca unificar la oferta y también la entidad propia de los autores. Quién sabe si dentro de unos años dejamos de hablar de cine francés, alemán o español.
