Análisis de su obra

La fotografía de Roger Ballen

Roger Ballen, Deathbed ©

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El universo que nos muestra Ballen es esa parte del mundo que la vida moderna ha querido olvidar que existe ya que se nos ha mostrado un mundo idealizado y falso por la parcialidad que se refleja.

Roger Ballen nació en Nueva York en 1950. Su madre, Adrienne, era miembro de la agencia Magnum de fotografía y fundadora de The Photography House Gallery, lo que le puso en contacto desde sus primeros años de vida con el mundo de la fotografía y con reconocidos profesionales de ese arte.

 

Como geólogo viajó a Sudáfrica, donde reside. Sus primeros trabajos fotográficos de los años 80,  como la serie dorps: pequeños pueblos de Sudáfrica y Platteland: Imágenes de la Sudáfrica Rural, tienen un sentido documental que le sirvieron como base para desarrollar, en los 90, un estilo más personal que él mismo definiría como de ficción documental. A partir del 2000, se interesa por los ambientes marginales. De esa época son las series Outland (2000) y Shadow Chamber (2005). Las series posteriores, Boarding House (2009) y Asylum of the Birds (2014), están creadas a base de dibujos, collages, esculturas, fotografías de personas y animales vivos.

 

Entre sus últimos trabajos encontramos The House Project (London: Oodee, 2015), The Theatre of Apparitions (2016) y su colaboración con Hans Lemmen en la serie Unleashed (2016). A todo ello, debemos añadir la creación del video musical de Die Antwood, I fink u freeky (2013) y su colaboración con Asger Carlsen en el proyecto Place Of The Inside Out.

Roger Ballen, Labourers, 1997 ©

El mal del mundo

Su obra es tan abundante como variada. Recurre al dibujo y la fotografía; a la animación y el cortometraje; y a la instalación y a la aparición personal en una especie de performance. Cada técnica artística es un punto de vista de la vida, o de un aspecto de la vida. Así, el mundo inconsciente o psicológico que interesa a Ballen queda reflejado en todas sus facetas y, con cada paso que da el autor, centra mejor la cuestión de que trata y, por eso, su obra más madura es más profunda. A veces, dice que no encuentra explicación a lo que hace y así debe ser pues el artista plástico se expresa a través de la imagen, si pretendiera expresarse con palabras, no precisaría realizar su obra plástica. El artista goza de la libertad que concede la intuición frente al condicionamiento que supone el uso de conceptos, que limitan la verdad a la verdad que ya contienen, y descubre aquello que la razón no comprende.

 

El universo que nos muestra Ballen es esa parte del mundo que la vida moderna ha querido olvidar que existe ya que se nos ha mostrado un mundo idealizado y falso por la parcialidad que se refleja. Pero el mundo, como bien muestran, por ejemplo, las viejas canciones (Gentle Annie, Danny boy, Old black Joe, The wreck of the old 97…), está lleno de tragedia, drama y muerte y esos hechos necesitan ser reconocidos, no ocultados.

Roger Ballen, Convertee,1998 ©

Las desconcertantes imágenes de las obras de Ballen son el medio para mostrar esa otra verdad. Ya vemos cómo las canciones actuales dejan de hablar del amor para tratar de la vida cotidiana y de los desengaños personales, y el cine y las series de TV muestran constantemente los peligros a los que se enfrenta el planeta o las calamidades que soportan los supervivientes de una destrucción del mundo. Al hombre de hoy hay que mostrarle cómo encaja la obra de Ballen en una corriente cultural de la que él tenga referencias para que llegue al convencimiento del valor de su obra.

 

Para el hombre inteligente, sin embargo, el mal y la maldad humanas son algo de lo que ha de tener referencias personalmente y, para el hombre culto, el teatro griego le ha ofrecido referencias racionales de la tragedia y del drama de la vida por lo que, ambos, asumen la obra de Ballen con mayor naturalidad. Al respecto, digamos que el pobre hombre sabio tiene un conocimiento conceptualizado del drama por lo que desconoce la realidad material e ideal del problema.

 

No se puede negar que la obra de Ballen muestre un ambiente inquietante y claustrofóbico y que las situaciones que presenta causen temor y desasosiego. Pero rechazar su obra solo por su apariencia es impropio del conocedor y, quedarse en la forma, es perder de vista el fondo.

Roger Ballen Hug, 2016 ©

Causas del mal

Ballen define su obra como psicológica indicando que tanto muestra el espectador de sí mismo con su reacción como el autor con su creación. Ballen presenta personajes cuya conducta asombrosa, como el hombre que caza ratas o el otro que caza gatos, pudiera parecer, desde un punto de vista social, consecuencia de un trastorno de la personalidad o fruto de la maldad humanas pero que, analizadas, pudieran no ser otra cosa que la manifestación de la naturaleza humana ante situaciones concretas de la existencia y no consecuencia de las circunstancias personales por lo que cualquier hombre, en su mismo caso, acabaría por reaccionar de la misma forma. Las causas de la conducta humana resulta que no son tan fáciles de conocer ni son tan evidentes como piensan los sabios que, por ello, se asemejan a los necios.

Roger Ballen, Die Antwoord ©

Tratamiento artístico

La obra en blanco y negro ofrece un mayor dramatismo a las escenas pero, también, posee un sentido más profundo puesto que el color es una cualidad secundaria de los objetos y Ballen quiere centrarse en la naturaleza de las cosas a la que pretende que se llegue por la comprensión, lo cual no es impedimento para que, otros o él en otros casos, recurran al color para hacernos ver, a través de la manifestación de las cosas, su esencia.

 

Ballen crea unos ambientes, unos personajes y una iconografía que pudieran resultar repulsivas pero tengamos en cuenta que, como dice Nietzsche, la misión del arte es trasformar lo espantoso y lo absurdo en lo sublime y lo ridículo para hacer de la existencia algo soportable, aunque Ballen no realiza de forma inmediata esta transformación. La primera misión de este artista es poner en evidencia el horror de la existencia que la sociedad tan civilizada ha ocultado. Ahora bien, Ballen realiza esa labor con métodos artísticos, por lo cual, el espectador competente, ya estético, ya crítico, mirando detrás de las apariencias, aprecia la forma plástica, la cual ha de resultar, asombrosamente, bella, dado que la belleza del arte no consiste solo en representar la cosa bella, mostrando la idea, sino en hacer bella la representación de la cosa aunque la cosa en sí carezca de belleza, mostrando el fenómeno, e, incluso, el arte puede presentar la cosa de una forma adecuada a su esencia o al aspecto concreto que, desde el punto de vista del artista, se quiera revelar, mostrando el conocimiento de la cosa. Una vez superado este escollo, el conocedor queda cautivado por la iconografía que el artista ha desarrollado y, si además posee alguna  espiritualidad, descubrirá en su obra la verdad sobre el mundo y la verdad sobre el arte o, dicho de otra forma, la verdad del arte frente a la falsedad en la que consiste el mundo.

Retrospectiva

El resumen de su carrera se recoge en la muestra Roger Ballen. Ballenesque: a Retrospective, que se presenta en Jena, Alemania, entre el 6 de mayo y el 13 de agosto. En septiembre de 2017, Thames & Hudson publicará, con ese mismo título, Ballenesque, un volumen sobre la obra del artista con comentarios de propio Ballen y una introducción de Max Kozloff. Ballenesque es la primera retrospectiva completa de su obra  e incluye tanto las imágenes más representativas y conocidas del autor  como otras obras no publicadas anteriormente, y divide, cronológicamente, la evolución de su trabajo en cuatro períodos diferentes en los que se hace referencia a su conocidas series: Dorps: pequeños pueblos de Sudáfrica, Platteland: Imágenes de Rural Sudáfrica, Outland, Shadow Chamber, Boarding House, Asylum of the Birds, The Theatre of Apparitions.

 

Nota: Imágenes con derechos reservados, prohibida su reproducción.

Mario Rodríguez Guerras

Español, economista. Ha publicado diversos artículos en revistas digitales. Parte para sus escritos de una teoría del arte fundada en principios racionales que es capaz de explicar toda la historia del arte como una evolución predeterminada del pensamiento que genera las formas artísticas.

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