Damián Ortega juega con la arquitectura. La modifica, cambia sus propuestas y crea monumentos alternativos. El artista mexicano presenta por primera vez en España su obra con una exposición que podría visitarse en el Palacio de Cristal del Retiro –titularidad del Museo Reina Sofía-.
El cohete y el abismo es el nombre de la exposición, que podrá visitarse hasta el 2 de octubre. Para la ocasión, Ortega crea un proyecto particular donde incorpora la peculiar arquitectura del edificio histórico como apoyo de su nueva instalación aludiendo al discurso plástico que caracteriza su obra. Su discurso aporta cierta postura crítica en asuntos económicos, estéticos y políticos del tiempo actual.
Ortega se ha inspirado para esta exposición en el poema de Vicente Huidobro Altazor o el viaje en paracaídas (1919). Tanto sus versos como la muestra recogen la tensión contradictoria entre la ascensión y la caída, con especial alusión a la historia de la arquitectura y la ingeniería moderna.
Foto: Joaquín Cortés / Román Lores
El artista mexicano ha utilizado grandes monumentos para dar forma a la exposición. Así, uno de ellos es Torre Latinoamericana, donde recrea uno de los más claros ejemplos de la arquitectura moderna de su país. Inspirado en el Empire State Building de Nueva York, fue durante muchos años el edificio más alto de Ciudad de México y fue instalado en una zona con alto riesgo sísmico. Ortega le da la vuelta al edificio y lo convierte en un péndulo que cuelga desde un cable de acero.
Una celebridad monumental como el Titanic tenía que estar presente en el trabajo artístico de Damián Ortega. Por eso, configura en Monumento una escultura de lona que mide más de 13 metros, suspendida del techo como un títere. Diseñado con lápiz de cera y tinta de plotter, el barco se precipita sobre el suelo. De esta forma, el artista pone en duda su condición de símbolo y monumento.
Los pensamientos de Yamasaki es una instalación compuesta por numerosos elementos serigrafiados con fotografías y textos que Ortega ha encontrado en su investigación sobre el proyecto urbanístico Pruitt-Igoe, así como objetos que aluden a la memoria de aquellos que habitaron el complejo de edificios del arquitecto Minoru Yamasaki, también autor de las torres del World Trade Center en Nueva York. Aclamado como uno de los proyectos urbanísticos de vivienda pública más relevantes de la posguerra en Estados Unidos, Pruitt-Igoe se construyó en una época de bonanza económica, revelándose, sin embargo, como una gran decepción por su rápida decadencia: en los años 70, sus 33 edificios fueron demolidos por decisión del gobierno federal, convirtiéndose en paradigma del fracaso de la arquitectura moderna.
El trabajo de Damián Ortega no ofrece otra cosa que el poner en duda los estándares de la arquitectura y de la creación de monumentos. Su trabajo llega ahora al Palacio de Cristal, un lugar idóneo para exhibir su obra.
