Ángela P.

El ambigú

El ambigú es la colaboración de Ángela P. en Ritmos 21. Un lugar al que ir en los entreactos. Una pequeña muestra de su visión personal sobre los temas más variopintos.

Ángela escribe el blog Pero qué broma es ésta. Lectora voraz, es autora del libro Relatos al ácido. Aficionada al teatro, al cine y a la música, a veces se calza las zapatillas de correr para compensar sus excesos gastronómicos.

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Carlos Siles y la vida entre disco y disco

Foto: lauracvela.com

TAGS ConciertosCarlos Siles
La banda del músico granadino prepara su próximo disco y estará al completo en Contraclub el próximo viernes, 11 de noviembre. Las entradas pueden comprarse en Notikumi.

“No es tan fácil… 
calcular la distancia y dar el salto, 
columpiarse sin pensar lo que hay debajo 
y caerse y levantarse tan despacio 
para recordar que pudo haber sido más largo, 
que sabiéndolo nos hubiéramos soltado de manos, 
que no hay intentos demasiado arriesgados, 
que no hay besos sin intentos fracasados, 
que no hay besos sin intentos…

Hoy parece…
que todo es más grande que pesado, 
más entretenido que complicado. 

Vas a pensar si podrás controlar una caída espectacular…”

 

Canción Nº 1, Carlos Siles, Cuántas veces habré intentado que juegues conmigo.

 

Hace ya un tiempo que dije que yo tengo asumido que mi vida es lo que a mí me va pasando entre disco y disco de Carlos Siles (Granada, 1984).

 

Mucho han cambiado las cosas desde el último (Doce maneras de esperar el final, mayo de 2013, Flor y Nata Records) y mucho, mucho más desde el primero (Cuántas veces..., abril de 2009, Flor y Nata Records). Y parece que han pasado eones (consulto mis archivos y resulta que fue en 2007) desde que escuché, casi por casualidad, por primera vez a Carlos Siles en Clamores y quedé totalmente emocionada con su Cenicienta, canción que luego incluyó en Cuántas veces... y que dio lugar a este impresionante videoclip:

 

 

Ahora, la banda prepara la grabación del nuevo disco, que se prevé que esté listo para septiembre de 2017 y que los devotos esperamos con gozosa impaciencia.

 

Mientras tanto, a fin de ayudarnos a sobrellevar el síndrome de abstinencia de la mejor manera posible, el próximo viernes, 11 de noviembre, estarán en Contraclub (calle Bailén, número 6), junto con Mayor Tom y Borneo dentro de la iniciativa #GiroscopiaPop, esa “locura grupal” de artistas autosuficientes. Después, como siempre, copas y música en la sala, que es ya uno de los referentes del indie, pop y rock en la capital.

 

Cuántas veces... marcó el fin de mis años universitarios, una época que resultó muy creativa, llena de incertidumbre, de decisiones difíciles, pero también de esperanza en el futuro. Quizás por eso, porque me puede la nostalgia y la memoria selectiva, le tengo un cariño especial. Entonces, recorríamos las salas de Madrid para escuchar a Carlos, pero también a otros músicos del circuito madrileño, como Luis Ramiro. Fueron, indudablemente, buenos tiempos.

 

El año de Doce maneras de esperar el final fue uno de los más difíciles de mi vida. Solemne. Definitivo. Una situación vital que propiciaba un estado de ánimo que casaba perfectamente con el que supuraba del disco, menos joven, más duro. Con letras crípticas, densas, en ocasiones rotundas como un portazo. Un disco para escuchar en Madrid en otoño mientras llueve. Intenso, a veces he tenido la sensación de que suda sangre. Da la impresión de que hay mucho esfuerzo y mucha labor de introspección detrás.

 

Curiosamente, creo recordar que Carlos, sobre la canción con la que se presentó, comentó alguna vez que era una de las más optimistas que había escrito nunca.

 

 

El hecho es que Siles tiene un don especial para la melancolía bonita. Saudade. En los conciertos, a veces se transforma, y convierte las canciones en algo más ágil, más pop, más liviano, en cierto modo, pero sin perder la profundidad. Explica su significado (que no tiene necesariamente que coincidir con lo que significan para nosotros, porque lo mejor de una canción es cuando la hacemos nuestra), bromea, versiona a Raphael.

 

Sus discos son para escucharlos solo, pero, en los conciertos, uno se alegra de ver siempre a mucha gente y de corear con ellos, de reír con ellos, de disfrutar con ellos de una de las mejores y más personales voces de la música independiente en Madrid.

 

Veremos a ver que nos depara el 2017. Esperemos que, por lo menos, esté a la altura del próximo disco de Carlos Siles.

 

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