Exposición en Madrid

El Thyssen realza el arte argentino

Coreo, tríptico (2015). / Juan Tessi.

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La pinacoteca madrileña reúne la obra de seis artistas argentinos con obras de la colección del Thyssen-Bornemisza.

El Museo Thyssen no ha querido desaprovechar la celebración de la 36ª edición de la Feria ARCO para lanzar una especial programación expositiva. Con Argentina como país invitado, la pinacoteca madrileña exhibe un montaje expositivo con obras de artistas argentinos con otras de la colección Thyssen Bornemisza. Se podrá visitar hasta el 21 de mayo.

 

Ultramar: Fontana, Kuitca, Seeber, Tessi es el título de la muestra, que reúne una selección de seis pinturas de artistas argentinos contemporáneos que entran en diálogo con las del Museo Thyssen.

Estudio para la mujer perdida (2013). Guillermo Kuitca.



Lucio Fontana, Guillermo Kuitca, Alejandra Seeber y Juan Tessi son los protagonistas de este montaje. Las obras expuestas comparten diferentes actitudes artísticas, como la restricción del color, el interés de la pintura como territorio de exploración y el tratamiento de la dimensión espacial del lienzo a través de gestos radicales, como cortes o agujeros.

 

Del espacialismo a la arcilla cocida

Lucio Fontana (1899-1968) es el fundador del espacialismo. Huir de las convenciones plásticas del momento y pensar en la materia o el sonido como elementos regeneradores del arte llevaron a Fontana a publicar en 1946 su Manifiesto blanco. En 1947, ya instalado en Italia, escribe el Primo manifesto dello spazialismo y, al año siguiente, el Secondo. Los cortes y agujeros (tagli y bucchi) en sus telas surgen poco después, en 1949, como respuesta al interrogante de cómo superar el plano en la pintura y llevarla hacia el espacio. Venecia era toda de oro (1961), de la colección Thyssen-Bornemisza, es una obra monocroma, con un corte que rasga la tela por la mitad en alusión a la ausencia de límites en el plano pictórico.

 

El interés de Guillermo Kuitca (Buenos Aires, 1961) por indagar en el proceso pictórico a través de la representación del espacio está presente ya en sus primeras series de 1982. Los escenarios teatrales desmesurados dieron paso a visiones parciales de los patios de butacas, siempre a medio camino entre la figuración y la abstracción. Tras pintar las constelaciones sobre los relieves de un colchón, Kuitca afronta, en Doble eclipse (2013), el deslumbrante y poco frecuente fenómeno de la alineación de planetas colocando la Tierra, la Luna y el Sol en un vasto espacio sobre el fondo más azul y más oscuro que un eclipse pueda provocar.

Venecia era toda de oro (1961). Lucio Fontana



Algunas de las series de Alejandra Seeber (Buenos Aires, 1969) son el resultado de las restricciones que la artista se autoimpone. A veces pinta siguiendo el programa que dictan unos papeles sacados al azar con las consignas que ella misma ha escrito. Otras, las limitaciones se relacionan con el tiempo de ejecución (debe realizar su trabajo en un intervalo determinado) o con la paleta (el cuadro se debe resolver solo con determinados colores).

 

En Coreo (Tríptico), de 2015, Juan Tessi (Lima, 1972) apenas perfila unas figuras que se prolongan en añadidos de cerámica, apoyados en la parte superior de cada una de las obras del tríptico. Son cabezas de arcilla cocida que dotan de una dimensión escultórica al conjunto. El artista prescinde del óleo y va superponiendo sobre el bastidor capas de diferentes texturas y transparencias que, por acumulación, materializan el color del fondo. A Tessi le interesa la capacidad de la pintura para funcionar como superficie y objeto a la vez, y para expresar en el proceso cuestiones no pictóricas, como las pulsiones del cuerpo y del deseo, construyendo sus obras como si se tratara de un proceso orgánico, como las capas de la epidermis. Un buen momento para conocer la genialidad artística de Argentina.

L. Torres

L. Torres

L. Torres es periodista y colaboradora de Ritmos 21.

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