Para Blanca Portillo, la imagen de Don Juan Tenorio le es la de un ser “deleznable”. Nunca ha podido entender cómo un personaje así se ha convertido en un mito, en un icono abanderado de la libertad y la transgresión, la representación del seductor de mujeres como valor en sí mismo.
Pero su pensamiento no se queda ahí y decide llevarlo a su manera a los escenarios. La actriz presenta, ahora como directora, Don Juan Tenorio, que podrá visitarse en el Teatro Pavón hasta mediados de febrero. De la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y de Juan Mayorga, autor de texto, el reparto incluye a José Luis García-Pérez (Juan Tenorio), Eduardo Velasco (Ciutti), Juanma Lara (Gonzalo de Ulloa), Francisco Olmo (Diego Tenorio / Escultor), Alfonso Begara (Capitán Centellas), Miguel Hermoso (Luis Mejía), Beatriz Argüello (Brígida), Rosa Manteiga (Abadesa) y Ariana Martínez (Inés de Ulloa).
Portillo lamenta que Tenorio haya sido tantas veces representado y, a la vez, tan pocas veces entendido. Siempre ha deseado subirle al escenario y radiografiar sus comportamientos, sus acciones, sus palabras, para mostrar lo que siempre ha sentido que existía tras ellas: “un modelo de destrucción, de falta de empatía, de crueldad, de desprecio por la vida propia y ajena, de incapacidad para construir”…
Más allá de la época en que José Zorrilla crea el personaje y más allá del tiempo en el que el autor coloca la acción de su obra, Tenorio es un ser humano que sigue latente en el inconsciente de esta sociedad.
“Tenorio no es un héroe”, afirma Portillo. Es alguien que huye de su propio vacío, llevándose por delante todo aquello que se cruce en su camino. No es un luchador en busca de un mundo mejor, de un cambio en el sistema, no es un buscador de belleza. “Tenorio es hoy el vivo retrato del desprecio por los demás”.
Un personaje psicópata
Para Juan Mayorga, autor del texto, su obra es “necesariamente modesta” puesto que el personaje sigue manteniendo sus mismos ideales. “Yo estoy entre los que creen que los clásicos no han de ser reescritos, sino releídos para descubrir otros sentidos en el texto”.
Sin embargo, Mayorga mantiene la misma postura que Portillo sobre el famoso personaje. “Es un psicópata, un malvado, un hedonista. Su placer último no es la conquista, sino la violación de la humanidad del otro”. Por ello, se ha propuesto eliminar el contexto histórico de la obra para adaptar y entender a Don Juan Tenorio para el público contemporáneo.
Para Blanca Portillo, ya va siendo hora de que alguien llame a Tenorio por su nombre.
