Reseña literaria

“La espera es la ocupación principal del poeta”

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Reseña y anécdota sobre la poesía de Antonio Lucas reunida por Visor en 'Fuera de sitio' (1995-2015).

Entre Antonio Lucas y yo hay una anécdota que él no conoce porque, por vergüenza, nunca se la he contado. El año pasado tuve el placer de reunirme con él una mañana soleada de invierno para charlar y hacer del encuentro una fabulosa entrevista. Entre las muchas cosas que aprendí ese día está el que los mejores poetas, en palabras del que ya es mi maestro, son los que lanzan las palabras mas lejos que la vida. La poesía, dentro de las múltiples formas que puede adoptar, llega con acierto a sitios insospechados y el espíritu del hombre con ella. Así le debemos a tantos siglos de escritura que hoy estemos aquí como estamos, incluso para bien o para mal hablando unas veces de aciertos y otras de desengaños. Bien, antes de reunirme con Antonio, unos meses antes estuve detrás del ejemplar que me faltaba por leer, Antes del mundo, con el que consiguió el accésit al premio Adonáis en 1996. Lo encontré -no es ficción- metido entre las páginas de otro libro de tapa dura, no recuerdo cuál, probablemente por la cercanía del nombre y por el grosor fuese de Machado. Debió de ser porque es muy delgado y pequeño. Este encuentro azaroso fue para mi una especie de momento insólito agravado, además, porque ese libro, por entonces para mi ingenuidad, me parecía una rareza absoluta: una edición mal impresa donde las páginas estaban unidas casi por los cuatro costados y apenas se podía desplegar. Pensé -¡bingo! este es mío –como a todos los escritores nos ha pasado el querer tener un ejemplar irrepetible de colección en la estantería. Entonces era el momento de preparar la entrevista, yo había intentado leer el ejemplar con cuidado de no romper las páginas para enseñárselo a Antonio y hacer la gracia. Llegados al punto de la entrevista, saqué Antes del mundo y le dije, “mira lo que he traído Antonio, un libro al que tengo mucho cariño” él lo cogió entre sus manos y dijo algo así como: “anda no me lo puedo creer, mi primer libro, además estas antiguas ediciones venían sin guillotinar”. No sé como pude disimular, y si lo hice, mi torpeza. Claro, yo –excuso mi corta e ingenua edad- nunca había tenido un libro de una edición de estas características y no tenía ni la más remota idea de que debía ser yo quien cortase página a página el ejemplar para su lectura. Aún, y más por esto, sigue siendo un ejemplar que guardo con cariño aún sin guillotinar ahora firmado por Antonio.

 

Un año después, Visor publica Fuera de sitio reuniendo los cinco libros de poesía de Antonio LucasAntes del mundo (1996), Lucernario (1999), Las máscaras (2004), Los mundos contrarios (2009) y Los desengaños (2014)- más algunos poemas inéditos. El lugar de la poesía de Lucas, quizá también aludido en la anécdota, es una especie de deslugar, de encuentro fortuito, de relámpago o de territorio inaudito, un horizonte salvaje donde se dan como forma excepcional el símbolo y la experiencia.

 

Con motivo de esta reunión de libros es imposible no hablar de evolución o de transición, pero dejo los matices a los expertos y me limito a hacer una apreciación al denominador común: el tiempo. Tanto el tiempo como en lugar en la poesía de Antonio Lucas juegan un papel tremendamente alusivo. De una madurez temprana, de lectura y escritura también precoz hay otro elemento que vertebra la experiencia poética de Lucas: la imposibilidad y a la vez la certeza del horizonte –tanto espacial como temporal-. Antes del mundo que se abre con una cita de Juan Ramón Jiménez: “No sé cómo decirlo,/ porque aún no está hecha/ mi palabra.” Es en este sentido la más honesta cita que se puede encontrar, la alusión a la experiencia temporal y a la necesidad del tiempo y la escritura para hacerse palabra.

 

Pero hablar del tiempo es también hablar de lecturas y escrituras y Antonio Lucas siempre lleva consigo un espléndido y cuidado decálogo de maestros que se hacen eco de su experiencia literaria partiendo de las lecturas inconmensurables de Rimbaud y los poetas simbolistas. 

 

Por otra parte, Fuera de sitio es el título que ya le otorgó a un poema perteneciente a la “Coda” de Los Desengaños cuya dedicatoria iba dirigida a Arturo Pérez Reverte y que dice así: “Imagina que el tiempo sólo es lo que amas:/ unas pocas palabras, unos seres exactos,/ unas horas muy lisas, una playa (quizá)/ donde el daño no acecha.// Imagina la vida como no lo es ahora,/ no quiero decir como algo perfecto,/ sino un resplandor, cierto abril de muy lejos,/ un tributo al azar sin otro destino/ que el confín fugitivo de un eco sin rostro./ Y después cualquier cosa.// Con qué precisión va la edad hilvanando el espino./ Y qué entraña la urgencia de ir en pie hasta la ola,/ celebrar lentamente que aniquile mi huella,/ mi escritura de hombre, mi certeza de surco,/ ser la alta misión de lo que nunca concluye/ como no cierra el mar su recado en la orilla.// Pero no es estar quieto la razón ni la meta,/ sino un querer más pequeño, una conquista más clara:/ ver la vida llegar de su noche a tu noche/ en un cuerpo ajeno,/ pronunciar tu silencio,/ abrazar su alambrada,/desear su vacío,/ delirar sin camino, sin mapa, sin fuego,/ hasta el tiempo sin tiempo/ del país que no haremos".

 

Canalla, salvaje, auténtico, honesto y cauteloso, es un excelente creador de atmósferas y paisajes, un magnífico retratista y mejor observador. Podríamos decir que bajo su poesía se reúnen ciertos motivos que hablan de Antonio así como Antonio dice de ellos con maestría: la niebla, el silencio y sin embargo música, la osadía, la oscuridad, el desvelo, el horizonte y el espacio, el desasosiego y la incertidumbre, el desengaño, la quiebra, la fractura, la vida como medición irremediable, la hondura como búsqueda, la sencillez como pretexto, la máscara como excusa, la contrariedad irremediable.

Paula López Montero

Paula López Montero

Paula López Montero, Madrid, 1993. Crítica cultural, ensayista y escritora. Colabora en la crítica cinematográfica de la revista Cine Divergente, y ha apoyado proyectos emergentes como la red cultural Dafy, y promovido y organizado eventos poético-musicales en la capital. Es editora del suplemento de poesía Verso Blanco, de Ritmos 21.

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