Donación de una obra desconocida

Un Velázquez inédito revoluciona el Museo del Prado

Foto: Museo del Prado.

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'Retrato de Felipe III' es una obra recientemente atribuida a Velázquez. Donada por William B. Jordan, la American Friends of the Prado Museum lo entrega a la pinacoteca madrileña.

Para viajar hasta el contexto histórico de la obra de Diego Velázquez tendríamos que viajar a la época barroca. Sin embargo, cuatro siglos después se continúa descubriendo nuevas joyas del pintor español que hasta la fecha se desconocía su atribución. Este es el caso de Retrato de Felipe III, una obra inédita que, tras varios e intensos estudios, se ha confirmado como autógrafa de Velázquez.

 

American Friends of the Prado Museum ha depositado en el Museo del Prado esta obra donada por William B. Jordan. La incorporación en depósito de este cuadro a la colección de la pinacoteca madrileña contribuye a completar el discurso de Velázquez como retratista real. Podemos descubrir en ella los inicios de la etapa cortesana del artista español.

 

Retrato de Felipe III fue adquirida por William B. Jordan en el mercado del arte londinense, donde figuraba como Retrato de don Rodrigo Calderón, debido a una inscripción apócrifa en su parte superior. Jordan procedió a su restauración y estudio, lo que le llevó a plantearse la posibilidad de que se tratase de una obra de Velázquez, en concreto, de un cuadro preparatorio del rostro de Felipe III que el artista incluyó en La expulsión de los moriscos.

 

¿Por qué se atribuye a Velázquez?

-La edad que aparenta Felipe III es cercana a los 40 años que tenía en 1609, cuando se produjo la expulsión de los moriscos.

 

-Desde el punto de vista estilístico es una pintura necesariamente posterior a ese año de 1609. Su redacción obliga a fecharla entre 1623, cuando Velázquez llegó a la corte y difundió un nuevo estilo de retrato real que se ajusta al de esta obra, y 1631, cuando el pintor volvió de Italia, y cambió de manera notable su estilo retratístico.

 

-El que Felipe III se encuentre de perfil y eleve su mirada, indica que no se trata propiamente de un retrato (generalmente miran de frente), sino ante una imagen susceptible de ser incorporada a una escena de carácter narrativo.

 

-La constatación de que las características de esta obra no se corresponden con las propias de otros retratistas activos en la corte en los años 20, como Van der Hamen, Maíno, Diricksen, etc.

 

-El estudio de las descripciones de la Expulsión de los moriscos, que sugieren que el retrato de Felipe III que protagoniza el episodio mostraría un gesto similar al de este retrato, y una dirección de la mirada parecida.

 

-Ese mismo estudio de esas descripciones, llevó a W.B. Jordan a plantearse la posibilidad de que La expulsión de los moriscos se concibiera como pendant del cuadro de Tiziano Felipe II ofreciendo al cielo al infante don Fernando (Museo del Prado), que colgaba en el mismo lugar (El Salón Nuevo del Alcázar) al que estaba destinado la pintura de Velázquez. Esa premisa, invitaba a la comparación entre el retrato de Felipe II que aparece en este cuadro, y el de Felipe III de la colección Jordan; una comparación que arroja muchos puntos de contacto desde el punto de vista del tamaño, o la actitud.

 

-Ya en el Museo del Prado, el estudio técnico de la pintura y su comparación con otras obras de Velázquez han confirmado que el principal punto de referencia para entender la obra es, sin duda, el maestro sevillano y, específicamente, sus retratos realizados en la segunda parte de la década de 1620.

 

-El análisis del soporte, la radiografía y los rayos infrarrojos arrojan datos técnicos, como la tela, la preparación o la manera de construir la obra, similares a los que aparecen en cuadros de Velázquez fechados en torno a 1627 y, en cualquier caso, anteriores a la vuelta de su primer viaje a Italia.

 

-La comparación con obras como Felipe IV con armadura, Felipe V a pie y El infante don Carlos, fechadas en torno a 1627-1628, es decir, contemporáneas de La expulsión de los moriscos, muestra reveladoras similitudes de modelado, especialmente en la parte inferior de ambos rostros, la concepción similar de la construcción anatómica de narices y frentes y un manejo parecido de los recursos estilísticos.

 

Con esta donación se pone en funcionamiento American Friends of the Prado Museum, una iniciativa llevada a cabo por mecenas americanos para contribuir “a la difusión y conservación de la colección que alberga el Museo del Prado” y que aporta ciertos beneficios a sus miembros como desgravaciones fiscales, acceso gratuito a la pinacoteca madrileña y visitas guiadas en inglés.

Redacción

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