Analizar y adentrarse en los entresijos de la modernidad no es tarea fácil. Pocos fotógrafos como Alberto Schommer han sábido captar a través de su obra la evolución hacia la modernidad y el futuro de la fotografía. Schommer es un artista camaleón: se adapta a cualquier medio y no se enroca en un estilo concreto.
En 2014, el Museo del Prado presentó Máscaras de Alberto Schommer, una exposición que recogía una serie de retratos realizados a intelectuales españoles contemporáneos como Rafael Alberti, Camilo José Cela o Vicente Aleixandre. Pero uno profundiza en su trabajo fotográfico y los retratos no es su única manera de trabajar.
La trayectoria artística del fotógrafo vasco es extensa. Por eso, Kutxa Kultur Artegunea presenta Alberto Schommer… hacia la modernidad, una exposición que recorre la obra del artista. Podrá visitarse hasta el 19 de marzo de 2017 en el edificio Tabakalera de San Sebastián.
Andy Warhol (1983). / Alberto Schommer.
"La obra de Schommer, es toda una vida. Toda la vida que él ha entregado al arte por supuesto, pero también adicional. Con sus fotos Schommer ha producido una segunda colectividad humana, con sus ciudades sus parques, sus bailes, sus gobernantes, sus obispos, sus niños y sus fantasmas. Un universo, en fin, que siempre quedara como el testimonio de un artista, que al trabajar confería a su obra incontables dosis de amor y de poesía e interminables maneras de verla y contarla", señala Vicente Verdú en el prólogo del PHotobolsillo El poeta de la visión.
En la década de los 50 es cuando empezamos a ver los primeros trabajos de Schommer. Es en Vitoria, su ciudad natal. Podemos ver composiciones simples con una gramática propia, alejadas del predominante pictoralismo. Se involucró en el colectivo Afal, que buscó la renovación de la fotografía española. Los inicios de su andadura beben de la estética neorrealista del cine italiano y de los ensayos humanistas de las principales revistas ilustradas internacionales.
Guipúzcoa (1978). / Alberto Schommer.
Una vez asentada su obra, comienza con la experimentación. Juega con la realidad y la lleva hasta los límites fotográficos utilizando soportes con experimentación formal. Así, parte de este trabajo lo podemos ver en el dominical del ABC en 1972. Aportó un estilo barroco a sus retratos y escenificó el poder, la sociedad y la cultura española durante las décadas de los 70 u 80. El diario El País publicó su trabajo como una crónica visual de la Transición española.
Los bodegones son otros de los protagonistas de su trabajo. A través de la vivencia de vidrios, espejos rotos o cables estropeados crea una alusión a la fotopintura, que recuerda a los primeros óleos. La exposición, que recoge un total de 87 obras, hace un repaso de Schommer, uno de los padres de la fotografía española y europea.
