Charles Lewis Gruneisen

El primer corresponsal de guerra

Foto: CEU. Instituto de Estudios Históricos.

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El general Espartero consideraba que el corresponsal Gruneisen había hecho más daño a sus tropas con la pluma que los generales carlistas con sus espadas.

La España del siglo XIX fue la España de las tres guerras carlistas; contiendas que fueron, ante todo, contiendas civiles. El detonante es bien conocido por todos: el enfrentamiento entre Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII, contra su sobrina, Isabel –futura Isabel II- por el trono español. El monarca, al no tener descendencia de varón, promulgó la Pragmática Sanción en 1830, por la que derogaba el Nuevo reglamento sobre la sucesión en estos Reynos, Ley de Sucesión Fundamental, Auto Acordado del 19 de mayo de 1713 o Ley Sálica, que disponía la primacía del varón sobre la mujer en la sucesión del trono. Ello desató una contienda que, además, fue el escenario en el que desplegó su maestría el primer corresponsal de guerra Charles Lewis Gruneisen, sobre el que se ha hecho una película documental de reciente estreno que le ha traído a la actualidad.

           

La decisión de Fernando, condujo a un enfrentamiento, muerto aquel, entre María Cristina de Borbón, madre de la pequeña Isabel, y su cuñado. Ella pactó con las fuerzas liberales su adhesión a la causa isabelina. Él, con partidarios en todos los órdenes sociales y, sobre todo, localizados en las regiones norteñas del país, organizó una fuerza militar que, aunque inferior a la liberal, demostró una pujanza admirable.

           

La inferioridad material y humana del carlismo era evidente. Sin embargo, avanzada la guerra, en 1837, Don Carlos ideó una operación militar que habría, no sólo de solucionar las graves carestías que sufrían los territorios carlistas, sino asumir la iniciativa en el conflicto, e incluso alcanzar la victoria. Esa operación se conoce como Expedición Real y ocupa un lugar reservado en la historia militar española.  

           

Y es que la Primera Guerra Carlista “es un caso prácticamente único de cómo se puede empezar una guerra civil cuando un bando cuenta con todos los recursos y el otro tan sólo un gran apoyo popular”, recuerda el catedrático de Historia Contemporánea de España de la Universidad San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, de quien partió la idea original de la película-documental. “En 1936 hubo guerra civil debido a que el ejército se dividió en dos partes prácticamente iguales. En 1833 –añade Bullón–  ni un sólo batallón del ejército regular se sublevó a favor de Don Carlos, y aún así hubo una guerra civil que duró siete años y que los carlistas perdieron debido a la traición del general que mandaba su ejército del Norte”.

Cartel del documental.



Es en este contexto en el que emerge la figura de Charles Lewis Gruneisen, periodista del Morning Post británico, que por instancias de su director, puso rumbo a España para unirse a la operación comandada por el propio Don Carlos, para remitir crónicas sobre ella a su cabecera.

 

El primer corresponsal de guerra

Así, Gruneisen sería el primer corresponsal de guerra plenamente moderno de la historia. Hasta ahora, se entendía que fue William Howard Russell, periodista británico de The Times que había fundado el género con sus piezas sobre la guerra de Crimea (1853-1856).

           

El documental, dirigido por José Semprún y protagonizado por Álvaro de Paz, viene a rebatir esto. Entremezclando los recursos narrativos del cine de ficción con la precisión y hondura del documental, Gruneisen recrea la figura de este periodista avezado que sirve, además, como cicerone de adentrarse en uno de los períodos más convulsos de la historia de nuestro país que, sorpresivamente, ha pasado siempre desapercibido para los medios de comunicación y de divulgación.

 

           

La pasión por su oficio, así como la simpatía que sentía hacia la causa de Don Carlos, le llevaron a ir empotrado –tal y como se conoce hoy en la profesión- en las columnas carlistas, viviendo las penurias y dificultades de toda operación militar.  Y es en esto en donde anida el valor de la obra periodística de Gruneisen. Es sorprendente que su cabecera le enviara a cubrir las columnas carlistas, dado que la Corona británica se había decantado por el lado isabelino, enviando un contingente de tropas en su ayuda. Y es que, aunque en el documental, por razones lógicas de espacio, no aparezca, Bullón recuerda que “Gruneisen fue enviado primero a San Sebastián, para que informara sobre la legión británica, y después es cuando pasa a zona carlista. Es una de las causas que contribuyó a que estuviera a punto de ser fusilado, pues se le acusó de haber espiado para los carlistas”.

           

Hasta entonces, los periodistas enviados a los conflictos realizaban su trabajo lejos de las tropas y líneas de combate. Sus informaciones se sustentaban en correspondencias y relatos, pero no en vivencias personales ni en testimonios propios. Junto con el arrojo del británico, Bullón añade “la importancia que los carlistas daban a la prensa. Gruneisen vio retrasada su entrada en España porque tuvo que ser autorizada por el propio Pretendiente”. Y cuando logró alcanzar las tropas expedicionarias, “lo primero que hizo fue presentarse a Don Carlos, y desde entonces tuvo múltiples ocasiones de estar con él”. Anota el profesor una anécdota en las vísperas de que el británico se dispusiera a volver a su tierra: “Antes de marcharse mantuvo una última entrevista con el monarca, al que aconsejó que mandara quitar una palabra del Diccionario de la Real Academia: "Mañana, porque sus súbditos dejan siempre para mañana lo que deberían hacer hoy".

 

Así, el periodista inglés compartió durante varios meses la suerte de los batallones carlistas. De hecho, “le encantaba hablar de los estragos de la guerra, de la forma de pensar de la gente del pueblo y de las dificultades que tenía para realizar su labro. También presta gran atención a la figura del Pretendiente, de quien hace una descripción muy favorable”, añade Bullón.

Foto: Dani Bravo.



Sin embargo, al ver que la fuerza carlista no lograba penetrar en Madrid optó por abandonar a Don Carlos y abandonar España. La tarea no era fácil, pues debía atravesar centenares de kilómetros dominados por los isabelinos, por lo que finalmente fue hecho prisionero. Condenado a muerte por el general Espartero, que consideraba que había hecho más daño a sus tropas con la pluma que los generales carlistas con sus espadas, logró salvar la vida gracias a la mediación del embajador de su graciosa majestad.

           

Su figura y su obra sí recibieron la pena capital del olvido. Un olvido sobre el que el catedrático de la San Pablo tiene una explicación: “En la guerra de Crimea fallecían ingleses, en la Primera Gurra Carlista los muertos eran sobre todo españoles. Como es lógico, el público de la Gran Bretaña tenía más interés en los primeros que en los segundos”.

 

Elogio del periodismo

La película-documental, que parte de una idea original del catedrático de Historia Contemporánea de España, Alfonso Bullón de Mendoza, probablemente el historiador que con mayor precisión se ha acercado a las contiendas carlistas, cuenta además con la colaboración del Instituto CEU de Estudios Históricos, dirigido por Bullón, y de otros prestigioso historiadores como Charles Powell, profesor de la Universidad San Pablo CEU y director del Real Instituto Elcano o, la también profesora de la misma universidad, Cristina Barreiro. También, la Fundación Ignacio de Larramendi –institución señera en el estudio del Carlismo – ha apoyado el proyecto.

           

Sin embargo, no es este trabajo un trabajo para elogiar la labor historiográfica. Eso va de suyo. Gruneisen es, en el fondo, un elogio al mejor periodismo, al que sale de las cuatro paredes de un despacho y va allá donde los hechos suceden, allá donde los protagonistas deciden el devenir de un conflicto que dejó miles de muertos. Por eso, junto con el plante de historiadores, tiene cabida otro de periodistas. El elenco está formado por los que, sin duda, son hoy nombres de oro en el periodismo de guerra: Alfonso Armada, Rosa María Calaf, Alberto Vázquez Figueroa o Vicente Talón.

 

Ficha técnica del documental

Título: Gruneisen. El primer corresponsal de guerra
Director: José Semprún
Producción: José Antonio León
Año: 2017
Duración: 70 minutos

 

A. Petit

A. Petit

Álvaro Petit Zarzalejos, es periodista y escritor. Fundador y editor de Ritmos 21, ha entrevistado a algunas de las personalidades más relevantes de la cultura española de los últimos años. Como escritor, ha publicado el poemario Once Noches y Nueve Besos (Ediciones Carena 2012) y Cuando los labios fueron alas (Ediciones Vitruvio).

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