Preguntarse a estas alturas si Miguel de Cervantes no escribió el Quijote es algo absurdo, poco inteligente. Los hechos lo demuestran. Pero hay quién sigue cuestionándoselo, por lo menos en clave de humor. Uno de ellos es José Siles.
El escritor español publica La Venus de Donegal (Libertarias-Prodhufi), una novela con un alto grado de humor donde unos veteranos académicos custodian el orden y la jerarquía literaria para evitar cualquier altercado lingüístico. Sin embargo, se enfrentan al joven filólogo Miche Mechones, quien quiere publicar los desestabilizadores resultados de las investigaciones que ha llevado a cabo, algo que los académicos no pueden tolerar.
En el libro, Siles plantea una increíble hipótesis: el Quijote no fue escrito por Miguel de Cervantes ni por Alonso Fernández de Avellaneda –al que en ocasiones se le ha otorgado la autoría-, sino que éste era el pseudónimo de una prima segunda de Cervantes. Sorprendente como humorístico, dos toques muy presentes en esta novela.
Así, el libro más importante del mundo –junto a la Biblia- fue escrito por una mujer en plena rebelión de las Alpujarras, en el apogeo del “amancebamiento de la autora con un destacado miembro inquisitorial encargado de la represión de los infieles judíos, moros y falsos conversos”. El final de la novela no es lo que espera el lector y sus constantes giros en la historia lo convierte en un libro atractivo y acogedor.