El Anuario de Estadísticas Culturales -que realiza anualmente el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte- ofrece una radiografía de la situación actual de la industria cultural. Desde el cine hasta el teatro, aporta datos de cada una de las disciplinas culturales y de los hábitos de consumo cultural de la sociedad, así como el papel de las empresas del sector en la economía española.
Esta semana hemos conocido los datos de 2015. La situación se ha revertido y las cifras comienzan a ser positivas. Más del 3% de las empresas que hay en España están vinculadas a la actividad cultural, el libro se mantiene como la primera industria cultural española, la taquilla de los cines continúa creciendo y el sector cultural representa más del 3% del PIB nacional. Todo bien.
La desesperanza desaparece y ya se respira cierto optimismo en el sector cultural. Pero se pide prudencia. Todavía falta mucho por recuperar de la crisis económica y los datos todavía están muy lejos de los de 2007. ¿Qué hace falta entonces para mantener este rumbo?
La solución procede de la Administración Pública. Del Gobierno. El sector cultural ya ha hecho los deberes. La subida del IVA cultural del 8 al 21% en 2012 fue un castigo sin precedentes. Sin embargo, las empresas culturales (las que han sobrevivido) se han mantenido estoicamente y es el turno del Ejecutivo español de devolver el favor realizado, que no es otro que recaudar a costa del trabajo de la cultura.
La situación actual del sector cultural es de incertidumbre. Aunque los datos son positivos, cualquier viento en su contra se puede volver a llevar todo el esfuerzo realizado en los últimos años. Por eso es más necesario que nunca que el Gobierno lleve a cabo ciertas medidas como una reducción del IVA cultural y la prometida Ley de Mecenazgo.
Ambas medidas supondrían una entrada de aire fresco a las empresas culturales y un agradecimiento por el enorme trabajo hecho durante la crisis económica. Esperemos que el nuevo Gobierno cumpla su palabra y lleve a cabo ambas propuestas.
