Muchos eran los que auguraban pérdidas a la industria discográfica por no saber adaptarse a los nuevos medios y por una lucha incesante con la piratería. Finalmente, el modelo de plataformas como Spotify, Deezer o Apple Music parece estar dando resultado subiendo en un 60,4%. Estos servicios copan ya el 59% del negocio musical digital, rompiendo con el modelo anterior de descargas impuesto por el iTunes de Apple, que cayó en un 20,5%, siendo el descenso más fuerte del sector.
Según el informe Global Music Report de IFPI, servicios como Spotify o Apple Music contaban con 112 millones de usuarios de pago en todo el mundo, mientras que los usuarios gratuitos financiados por la publicidad se elevan a 212 millones. En total,esto sirvió para un crecimiento de la industria musical digital en un 17,7%, mientras que la venta de soportes físicos tradicionales descendió un 7,6%. De este modo, la mitad de los beneficios de la industria discográfica durante el pasado ejercicio constituyen escuchas y descargas en streaming en las mencionadas plataformas, frente a un 34% de los beneficios obtenidos por las ventas físicas.
Beneficios de la industria discográfica en 2016. Elaboración propia.
Dentro del sector del streaming, pocas empresas son las que se reparten estos beneficios: Spotify se sigue manteniendo como líder, aunque contando con el avance de Apple Music. Sin embargo, en China la compañía Tencent Music, propietaria de QQ Music, Kugou y Kuwo, copa prácticamente todo el mercado.
Este estudio ha servido también para reivindicar la falta de remuneración existente por parte de estos servicios, en concreto, por plataformas como YouTube, donde los artistas y las discográficas no obtienen la remuneración proporcional al producto. De este modo la IFPI denuncia que, mientras Spotify paga unos 20 dólares por usuario a las discográficas, Youtube apenas paga un dólar por usuario.
El fantasma de la piratería
El principal problema de la industria musical, aunque también de los demás sectores culturales, ha descendido en un 4,2% durante el pasado año. A pesar de esto, las cifras de la música se siguen manteniendo en un 26% de los contenidos obtenidos de forma ilegal. Datos que en absoluto demuestran el final de la piratería pero que exhiben indicios de un posible cambio en el modelo de disfrute de la cultura basado, en el caso de la industria musical, en el streaming, que todavía debe afilar la parte de royalties y beneficios de las discográficas y artistas.
