El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, realizó a comienzos de año una adquisición que ha sido calificada como “la ganga de la temporada”
En una abarrotada subasta de dibujos de los Grandes Maestros, celebrada en Swan Galleries en enero, entre obras de precios millonarios, los expertos comisarios de la institución supieron detectar este original, que en principio había sido catalogado como un mero boceto o copia de la Escuela francesa de inicios del siglo XIX.
El borrador realizado en tinta y de trazos planos y geométricos, resultó ser un estudio de composición previo a una de las más aclamadas obras realizada por el pintor La muerte de Sócrates (1787), también adquirida anteriormente por el Museo.
Confirman su originalidad detalles como el estilo del dibujo y los considerables cambios en el escenario y las posturas de los personajes retratados como por ejemplo sucede con la figura de Crito, sentado a los pies de Sócrates.
Definitivamente, la institución ha realizado una de sus adquisiciones más provechosas puesto que los codiciados dibujos y bocetos del artista en otras ocasiones, y debidamente identificados, han llegado a alcanzar precios en subasta de 510.00 dólares como ocurrió el año anterior con el boceto previo a la obra Los lictores llevando a Bruto los cuerpos de sus hijos (1789).
El Met engrosa así su repertorio, considerado una de las mejores colecciones del mundo de pintura europea. Aunque las piezas son sólo cerca de 2.200, posee muchas de las pinturas mundialmente más reconocidas.
La obra en cuestión representa el dramático momento de la muerte del filósofo griego Sócrates, condenado a morir bebiendo cicuta por haber expresado sus ideas en contra de la creencia de los dioses ancestrales y corromper a los jóvenes atenienses.
Sombras y simbolismo en el lienzo
El cuadro, realizado por encargo de los hermanos Trudaine, es un brillante ejercicio de sombras, composición y simbolismo en el que el autor muestra a través de la reacción de los distintos personajes las consecuencias del suicidio de Socrates.
Acentúa el dramatismo del momento, la actitud impotente y reflexiva de platón a los pies de la cama, el suplicante gesto de Crito, las apesadumbradas posturas de los discípulos ,incluido el verdugo, ante la sinrazón de la condena. Todo ello contrasta con la decidida tensión que se observa en el cuerpo del maestro, que señalando al cielo recuerda los valores que han de regir la conducta del hombre que por el conocimiento ha adquirido la libertad y su última lección, la del filósofo que prefirió sufrir la injusticia a cometerla él mismo burlando su propia condena por las leyes.
Arriba, el cuadro pintado, también en el MET y abajo, el grabado. |