Arranca una nueva edición de la Feria del Libro de Madrid. El buen tiempo acompaña a pasear por el pasillo que forman las casetas en el Parque de El Retiro. Para el verdadero amante de la lectura, no hay mayor placer que nadar en un océano repleto de libros, donde un presupuesto limitado nos impide comprar todos los que queramos.
Más allá de los datos de ventas de ejemplares que deje la 76ª edición de la Feria del Libro, que tal evento tenga una amplia repercusión mediática es un buen síntoma social. El desarrollo de las nuevas tecnologías nos da a entender que vamos camino hacia una sociedad al puro estilo Fahrenheit 451. Es cierto que el libro no está prohibido, pero la lectura se dirige hacia el tópico de que solo leen los intelectuales.
Recordemos que un tercio de los españoles no leen nunca o casi nunca, frente a otro tercio que reconoce leer todos los días. Las mujeres leen más que los hombres y, casualmente, los que más leen son los mayores de 60 años; personas, generalmente, más ajenas a las nuevas tecnologías por la brecha digital. Esto tiene que cambiar, hay que promover la lectura entre los más jóvenes.
Por eso es necesario eventos como la Feria del Libro de Madrid, una feria que nada a contracorriente de la sociedad pero que aporta un gran valor cultural. Ya es tarea del resto dar vida a la Feria para mantener y fomentar la lectura. Tocar los libros, leer las contraportadas, comprar aquellos que nuestro bolsillo permita y regalar un ejemplar a algún familiar, amigo o pareja… son algunas de las cosas que podemos hacer en la Feria del Libro. Y es que no hay mayor placer que comprarse un ejemplar y desear abrirlo para adentrarse en un nuevo mundo.
La Feria de Madrid estará abierta solo dos semanas, vivamos la fiesta del libro.
