Exposición en el Museo Thyssen

Un paseo por las obras maestras de Budapest

La escluso de Dolo (1763). / Canaletto

La escluso de Dolo (1763). / Canaletto

Museo Thyssen.

TAGS Museo ThyssenExposicionesBudapest
El Thyssen abre la programación expositiva de 2017 con una selección de las obras más emblemáticas del Museo de Bellas Artes de Budapest y de la Galería Nacional de Hungría.

El Museo Thyssen cumple 25 años. Edad joven para una institución que ha acogido en sus paredes obras de grandes artistas como Monet, Caravaggio, Edvard Munch, Antonio López, Picasso o Dalí. Para este cuarto de siglo cuenta con una programación expositiva donde Moneo y Picasso son los principales protagonistas. Pero hay más.

 

Así, el Thyssen abre el año con Obras maestras de Budapest. Del Renacimiento a las Vanguardias, donde reúne una selección de pinturas, dibujos y esculturas pertenecientes al Museo de Bellas Artes de Budapest (cerrado hasta marzo de 2018 por obras) y de la Galería Nacional de Hungría. No es una muestra que se adentre en la cultura húngara, sino en las obras que tienen en su colección permanente estas dos instituciones. Podrá visitarse hasta el 28 de mayo.

 

De esta manera, más de 90 obras harán un repaso de la historia del arte desde el renacimiento a las vanguardias con la presencia de Leonardo da Vinci, Velázquez, Rubens, Cézanne y Manet, entre otros muchos; además de una amplia selección de artistas húngaros. Todo ello para sumergirse en escuelas como la italiana, la alemana, la española o la flamenca.

El riachuelo II (1907). Károly Ferencky.


El paseo por estas obras maestras de los dos grandes museos de Hungría es cronológico. Arranca con el estilo renacentista tanto del norte como del sur –con Durero, Cranach, Da Vinci o Rafael-, pasando por el Barroco neerlandés –con Rubens y Van Dyck-, también el español y el italiano, y cerrando con el arte modernista gracias a la obra de Pissarro y Bortnyik, entre otros.

 

Una colección con historia

La colección permanente del Museo de Bellas Artes de Budapest se ha ido completando en las últimas décadas, pero ya goza de cierta historia. Fue en 1870 cuando el Estado húngaro adquirió varios colecciones antiguas, entre las que destaca la de los duques Esterházy. Más tarde se unieron la del arzobispo János László Pyrker o la del abogado Miklós Jankovich. En la actualidad aguarda el museo más de 100.000 obras. También dispone de una amplia selección de esculturas y antigüedades griegas, romanas o egipcias.

Salomé con la cabeza de San Juan Bautista (1526-1530). Lucas Cranach



 

Abrió sus puertas por primera vez en 1906. Nueve años después se incluyó en su colección piezas de arte moderno húngaro, hasta que tuvo una categoría propia dentro del museo. Su constante aumento de estos fondos hizo que en 1957 se formará la Galería Nacional de Hungría, separándolo definitivamente del Museo de Bellas Artes de Budapest.

 

Por tanto, quedó así dividido el arte en el país: el Bellas Artes se quedaría con el arte europeo y la Galería Nacional acogió los fondos de arte húngaro moderno –más tarde incrementaría sus fondos con piezas de artistas nacionales antiguos-.

 

Sin embargo, este discurso va a cambiar. Es por eso que en la actualidad el Bellas Artes esté renovándose. Ya no se van a dividir las dos instituciones culturales por nacionalidades, sino por historia. El Museo de Bellas Artes acogerá las obras de maestros antiguos –tanto nacionales como internacionales-, y la Galería Nacional de Hungría reunirá el arte moderno y contemporáneo, de artistas húngaros e internacionales. Y es que el arte no entiende de nacionalidades.

Dama con un abanico (1862). Édouard Manet. 
Miguel Mirón Pérez

Miguel Mirón Pérez

Miguel Mirón Pérez es director de Ritmos 21 - Milennial Culture Information y consultor de comunicación en iDen Global.

Comentarios