El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha anunciado esta semana el acuerdo alcanzado entre Cultura y las comunidades autónomas para luchar contra la reventa de entradas. No hay plazos marcados –todo apunta a que va para largo-, ni cómo trabajará la comisión creada. No hay nada.
Lo único en lo que el Gobierno se puede apoyar es en la ley aprobada en Cantabria el pasado mes de abril. Dicha medida obliga a que las entradas tengan registradas el número de personas que tiene el aforo donde se va a realizar ese espectáculo, al igual que los precios. Además, también se piden otros datos como la hora del evento o la promotora organizadora. Las multan rondan entre los 600 y los 30.000 euros. Todavía es pronto para evaluar el funcionamiento de esta ley. Pero es un primer paso.
El caso de la reventa de entradas es ya una práctica antigua. Sin embargo, con el desarrollo de las nuevas tecnologías su regulación lo hace todo más complejo, mientras que aumenta el número de personas (y empresas) que se aprovechan de ello. Pero, ¿por qué es un tema del que se ha hablado bastante en los últimos meses?
El sold out de Rihanna en Wembley, con gradas vacías. / YouTube
Todo surgió cuando los promotores de Lo niego todo, la última gira de Joaquín Sabina, reclamaron al Gobierno que pusiera barreras a esta lacra. “Varias plataformas están ofreciendo entradas de reventa, confundiendo al público con supuestas preinscripciones, falsos anuncios de entradas agotadas y compraventas fraudulentas de entradas inexistentes”, afirmaron los promotores. A esta protesta se le unió más tarde Alejandro Sanz. La Asociación de Promotores Musicales (APM) también la apoya.
Si realmente toda la industria musical quiere acabar con la reventa de entradas, ¿por qué no se ha hecho ya algo al respecto? Sencillo: porque no toda la industria quiere acabar con este negocio. En unas declaraciones realizadas hace unos meses por Pino Sagliocoo, presidente de la mayor promotora de conciertos en nuestro país, Live Nation España, señala que la reventa es un hecho “inevitable que ha existido siempre”. En su opinión, “todo el mundo tiene derecho a coger su entrada y ponerla de nuevo en el mercado”.
La propia Live Nation fue acusada (con pruebas) de que unas “pocas entradas” fueron vendidas a Viagogo, plataforma de reventa de entradas. Roberto de Luca, CEO de Live Nation Italia, reconoció a los medios esta práctica. “Representan solo el 0,20% de nuestras entradas”, se excusaba De Luca. Un claro hecho fue el concierto de Rihanna en Wembley, donde se veían gradas vacías y, sin embargo, colgaba desde hace meses el cartel de sold out. ¿Realmente interesa acabar con la reventa de entradas?
